jueves, 28 de noviembre de 2013

salmo de David

Salmos 23

Reina-Valera 1960

Jehová es mi pastor

Salmo de David.

23  Jehová es mi pastor; nada me faltará. 

En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.

Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 

Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 

Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

martes, 26 de noviembre de 2013

el amor de Dios

La mayor historia de amor que jamás se ha escrito y la mas apasionante es la que encontramos en la Biblia, la historia de amor entre Dios y Su esposa, nuestra alma.
Pero el hombre que no ha nacido de nuevo, de lo alto, es decir del Espíritu, no comprende el amor de Dios. Por ello nuestro propósito ha de ser capacitarnos para que podamos amar con amor de Dios, haciendo uso de las herramientas que Dios nos da en Su Palabra, para que amemos con amor del Espíritu, tanto a los demás como a nuestro esposo espiritual, el Señor.



DIFERENCIA ENTRE EL AMOR DE DIOS Y EL AMOR DEL HOMBRE


La diferencia básica entre el amor de Dios y el del hombre es que Dios ama a los enemigos, la humanidad entera, y no espera la recompensa, es decir no necesita ser amado antes, sino que ama por naturaleza, porque el poder de Su amor es mayor que todo sentimiento que conocemos, y Su benignidad nos guía al arrepentimiento. Dios sabe cual es el resultado del amor por los enemigos, lo ha visto en la Cruz, El sabe el resultado en nuestras almas para la eternidad y le ha merecido y le merece la pena la gran batalla por nosotros, por sus hijos. Un buen padre lucha por sus hijos en el mundo, ¿cómo no lucharía nuestro Padre por nosotros para la eternidad?


El amor del hombre sin embargo está enfocado básicamente en dos cosas, primero en sus instintos animales, incluida la maternidad, y segundo, el amor del hombre natural le guía a buscar el disfrute egoísta de lo que tiene a su alcance, sin mirar al prójimo. El hombre por lo tanto ama el dinero, el poder, el éxito ante los demás, busca ser reconocido, ser el líder, ganar en la competición a base de humillar y batir a su prójimo, y para ello mata y está matando diariamente, como vemos en las noticias cada día. El amor del hombre solo piensa en él mismo, es enemigo de Dios, es del diablo, ni siquiera mira a su Creador.